No me da la gana de salir de casa. [el aburrimiento me ha vencido un domingo más]
No sé si seré una niña tonta, como dice Nacho, el caso es que me gusta Fito, sí...y además llevo falda y bailarinas de rayas.
A lo mejor sí que sé hacer un discurso, ser delegada de un país ante la OTAN, pero estoy harta de que los demás tengan horas para leer mientras yo estudio entre las líneas de una resolución de la ONU.
Estaría mucho mejor paseando por la calle Castelar, entre niños pijos y con los veleros y el Marítimo de fondo [que el viento sea del Sur y en madrid esté lloviendo]
A veces la prisa me atrapa en la ciudad y me consume tener que hacer el mismo trayecto cuatro veces al día. Por eso me cambio de abrigo, para por lo menos alterar el color de la rutina.
Creo sinceramente que no hago nada de lo que creo, salvo no ir a misa...soy uno de tantos ojalateros [ojalá pudiera hacer algo por frenar el cambio climático, por ejemplo].
En mis ratos libres me pierdo por blogs, fotologs, esflogs...lo que sea antes de morir sepultada.
A veces creo que debería estar estudiando algo de ciencias (echo de menos la Física), yo siempre fui rara.
De vez en cuando me cuelgo el cartel de niña repelente en la mirada y necesito saber siempre por qué y que los demás cuiden su ortografía.
Mi adicción a los pasatiempos empezó a los ocho años (primer viaje a México con uso de razón) con los autodefinidos y desde entonces no ha parado...me encantan los sudokus samurái de los domingos.
Me da vergüenza llamar por teléfono si existe la más mínima posibilidad de que me lo conteste la persona equivocada.
Siempre fui teatrera, algo hipocondriaca y muy exagerada en mis dolencias [tanto psíquicas como físicas]. Por otro lado, no sé si lo que me pasa es que tengo el umbral del dolor muy alto o el orgullo permanentemente encendido.
[me rei por no llorar...oye mira no sé lo que estoy diciendo]