Friday, February 20, 2009

Encore une fois

Cíclica sin orden ni concierto.





Hoy volví a creer en el ayer, que aunque es más seguro, es siempre más triste que mañana. O eso se han empeñado en enseñarme.
Me envuelto en las hojas del calendario y he arrancado el número 22 de todas las agendas.

He tatuado en las paredes granuladas de mi cuarto el blanco y el negro, las ramas largas y vacías y los cuervos, el grito de la gaviota en el lago; un tren cada media hora, el aeropuerto, los cortes en las catenarias, el silencio, la manta del sofá, el asa de la taza, las seis de la tarde y tú llamándome con voz de madrugada.

Y me he prohibido regresar