Saturday, November 27, 2010

"Mi historia es la historia de un boomerang, niña. Si de verdad quieres escucharla, es mejor que tomes asiento."

Tendemos a contar las cosas por orden cronológico, suponiendo que todo es una cadena de causas y efectos. Pero yo soy incapaz de mantener así ordenados los recuerdos. El otro día, por ejemplo, me sonrió el chico de detrás en la cola de la panadería. Antes había más panaderías, más zapaterías. Ahora ya no hay de esas cosas.
Cuando yo era pequeña, casi no había padres. Estaban todos en la guerra. Yo imaginaba que la guerra era un sitio horrible, y pronto comprobé que no me equivocaba. Así crecimos todos entre héroes. Unos en alto y con celebraciones multitudinarias, otros con la cabeza baja y en una foto pequeñita en la mesilla de noche. Pero héroes al fin y al cabo.
Cuando tu padre es un héroe queda poco espacio para la imaginación.
Por eso me hace gracia cuando me preguntas por mi historia. Nunca pensé formar parte de una generación heroica.
"Somos más lo que hacen de nosotros, que lo que creemos  de nosotros mismos".
Hay que ver, niña. ¿Es que no sabes hablar sin sentenciar?

Thursday, November 25, 2010

Si c'était vrai

Tu me quittais chaque nuit, pour tout récommencer chaque matin.
Je te raccompagnais à la gare, et la femme du guichet nous regardait pleurer, nous embrasser, nous dire adieu. C'était chaque jour le jour des adieux.
Je rentrais chez-moi, en pleurant, avec mes mains froides, pas de gantes. Il faisait froid. La porte restait ouverte. Et l'odeur du souper m'accueillait, et la musique triste. Et alors, je dormais bien, en sachant que tu viendrais me sauver le lendemain.

Mais ce jour là, tu m'as quittée le matin.
Pas de souper, pas de musique.
Que des larmes.

Monday, November 22, 2010

-Puedes llamarme Sweetheart.


drea-ea-ea-eam, dream, dream, dream

Saturday, November 20, 2010

20-N (aunque no tenga nada que ver)

Yo no tengo muy claro si todo esto es culpa de Dante o de Shakespeare.
No quiero ser ni Beatriz, ni Julieta.
Quizás todo esto sería distinto de haber más escritoras entre los clásicos.

Thursday, November 18, 2010

Torrencial

En la lluvia, Somosaguas tiene un aire a Lovaina.
Pero todavía hay hojas en los árboles.

Cuando llueve, me agarro a tazas calientes.
Y deposito las bolsitas de mis tés en el cenicero.
Voy a empezar a llamarlo tetero.

Y no, no voy a coger el teléfono.
No voy a oír el teléfono.

Monday, November 15, 2010

Una imagen vale más que mil palabras

Todas las calles tienen un hombre trasnochado que grita guapa a las chicas que vuelven a casa de noche. Pero no todas las chicas tenemos por qué soportarlo.

Sunday, November 14, 2010

"Estás más guapa, la tristeza te sienta bien"

Thursday, November 11, 2010

Capítulo 93

Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan cómo pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahí en ese poema de Nashe, convertidas en abejas. Y ahí, en dos versos de Octavio Paz, muslos del sol, recintos del verano. Pero un mismo cuerpo de mujer es María y la Brinvilliers, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma óptica que se regala con los retorcimientos de un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua... Sí, pero también está dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diálogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mí, a veces, me parece estar engendrando ríos de hormigas feroces que se comerán el mundo. Ah, si en el silencio empollara el Roc... Logos, faute éclatante. Concebir una raza que se expresara por el dibujo, la danza, el macramé o una mímica abstracta. ¿Evitarían las connotaciones, raíz del engaño? Honneur des hommes, etc. Sí, pero un honor que se deshonra a cada frase, como un burdel de vírgenes si la cosa fuera posible.

Del amor a la filología, estás lucido, Horacio. La culpa la tiene Morelli que te obsesiona, su insensata tentativa te hace entrever una vuelta al paraíso perdido, pobre preadamita de snack-bar, de edad de oro envuelta en celofán. This is a plastic's age, man, a plastic's age. Olvidate de la perras. Rajá, jauría, tenemos que pensar, lo que se llama pensar, es decir sentir, situarse y confrontarse antes de permitir el paso de la más pequeña oración principal o subordinada. París es un centro, entendés, un mandala que hay que recorrer sin dialéctica, un laberinto donde las fórmulas pragmáticas no sirven más que para perderse. Entonces un cogito que sea como respirar París, entrar en él dejándolo entrar, neuma y no logos. Argentino compadrón, desembarcando con la suficiencia de una cultura de tres por cinco, entendido en todo, al día en todo, con un buen gusto aceptable, la historia de la raza humana bien sabida, los períodos artísticos, el románico y el gótico, las corrientes filosóficas, las tensiones políticas, la Shell Mex, la acción y la reflexión, el compromiso y la libertad, Piero della Francesca y Anton Weber, la tecnología bien catalogada, Lettera 22, Fiat 1600, Juan XXIII. Qué bien, qué bien. Era una pequeña librería de la rue du Cherche-Midi, era un aire suave de pausados giros, era la tarde y la hora, era del año la estación florida, era el Verbo (en el principio), era un hombre que se creía un hombre. Qué burrada infinita, madre mía. Y ella salió de la librería (recién ahora me doy cuenta de que era como una metáfora, ella saliendo nada menos que de una librería) y cambiamos dos palabras y nos fuimos a tomar una copa de pelure d'oignon a un café de Sèvres-Babylone (hablando de metáforas, yo delicada porcelana recién desembarcada, HANDLE WITH CARE, y ella Babilonia, raíz de tiempo, cosa anterior, primeval being, terror y delicia de los comienzos, romanticismo de Atala pero con un tigre auténtico esperando detrás del árbol). Y así Sèvres se fue con Babylone a tomar un vaso de pelure d'oignon, nos mirábamos y yo creo que ya empezábamos a deseamos (pero eso fue más tarde, en la rue Réaumur) y sobrevino un diálogo memorable, absolutamente recubierto de malentendidos, de desajustes que se resolvían en vagos silencios, hasta que las manos empezaron a tallar, era dulce acariciarse las manos mirándose y sonriendo, encendíamos los Gauloises el uno en el pucho del otro, nos frotábamos con los ojos, estábamos tan de acuerdo en todo que era una vergüenza, París danzaba afuera esperándonos, apenas habíamos desembarcado, apenas vivíamos, todo estaba ahí sin nombre y sin historia (sobre todo para Babylone, y el pobre Sèvres hacía un enorme esfuerzo, fascinado por esa manera Babylone de mirar lo gótico sin ponerle etiquetas, de andar por las orillas del río sin ver remontar los drakens normandos). Al despedirnos éramos como dos chicos que se han hecho estrepitosamente amigos en una fiesta de cumpleaños y se siguen mirando mientras los padres los tiran de la mano y los arrastran, y es un dolor dulce y una esperanza, y se sabe que uno se llama Tony y la otra Lulú, y basta para que el corazón sea como una frutilla, y...

Horacio, Horacio.

Merde, alors. ¿Por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegíaco en que ya sabemos que el juego está jugado. 

Julio Cortázar: Rayuela.

Dicen que todo el que lee ese libro tiene un capítulo preferido. Pues bien, éste es el mío.

Quiero que vengas y espantes el frío de este rincón.

Tuesday, November 09, 2010

Exactly how I feel

Monday, November 08, 2010

Tener dos Moleskine ® y que te dé pánico escribir es un insulto a la inteligencia.

Friday, November 05, 2010

Miedos y fobias

No es mi culpa si aprendí lo que era el miocardio antes de saber saltar a la cuerda.


Recuerdo cuando era pequeña el terror de saber que en este edificio no hay escalera de incendios. Recuerdo el efecto chimenea, los coches de bomberos equipados sólo para llegar hasta un piso once. Y que ésta no es una altura de piso once, porque hay que contar con las oficinas. Recuerdo la distribución de los extintores, tan poco favorable, y la idea de estar arrinconada al final del pasillo. Saber que nunca seré capaz de dar el salto. Recuerdo mi madre llamando desesperada al arquitecto que entonces ocupaba el 11.3. Recuerdo todos los planos que tuvieron que enseñarme, la lista de materiales con los que está hecho este edificio, la promesa de una salida. Recuerdo cuando trajeron un nuevo extintor justo enfrente de mi puerta.

Y ahora me da miedo quedarme en lo políticamente correcto.

Mi profesor de Teoría Política dice que es importante tener sueños, aunque sean imposibles.
Y quién soy yo para negarlo.