Thursday, March 20, 2014

La voz de la experiencia

Aquel hombre viejo, de pelo blanco y gafas breves, me hablaba con una voz llena de arrugas. Su chaleco impecable y un pantalón que le quedaba un cuarto de talla grande, los zapatos gastados; se acercó a mí lento, pero ágil y sacó un paquete de papel marrón, cuerda y lacre lleno de remiendos del bolsillo.

- Esto es para ti. -me dijo.
- ¿Para mí? ¿Está usted seguro? - preguntas a las que me contestó desde una sonrisa afable y una mano tendida y temblorosa.
- Toma, te va a gustar. Estoy seguro.

Abrí el paquete sin demasiado esfuerzo y me sorprendí al encontrar unas tijeras de acero inoxidable, totalmente normales. Quizás un poco más pesadas de la cuenta. Alguien había recubierto las asas con un paño, completamente raído y gris de puro viejo. Puse mi mejor cara de sorpresa e intenté decir gracias sin demasiado éxito.

- Son especiales - me dijo -, estas tijeras, jovencita, son el regalo más preciado que nadie nunca podrá llegar a hacerte. Estas tijeras sirven para recortar en continuo espacio-tiempo. Trátalas con cuidado y úsalas con mucho juicio. Todavía no hemos encontrado el pegamento.

Sunday, March 02, 2014

Inglehart

Saberte ahí
desear no ser tan yo
para poder ser nosotros.