Wednesday, April 16, 2014

Historia de una fascinación

Hubo un tiempo en que creía que no se podían mezclar diferentes estilos y artículos de índole diversa en un mismo blog. Luego decidí que si se pueden mezclar en mi cabeza, por fuerza, se tienen que poder mezclar en un mismo blog sin necesidad de hacer apartijos. Y, después de todo, los únicos trabajos que tengo publicados (con mi nombre impreso en tinta negra) son dos reseñas de libros de teoría política.


En la Facultad, un profesor siempre nos decía que por mucho que supiéramos la teoría política de Aristóteles y de Platón, no sabíamos la teoría política griega. Que no conocíamos la historia del pensamiento político, sino sólo a sus grandes estrellas, que ni siquiera tienen por qué ser siempre las más originales. Así, si me preguntáis algo sobre John Stuart Mill, os lo puedo contar todo. O sobre Jeremy Bentham. Pero hasta hace bien poco, casi no sabía situar a Bertrand Russell en el espacio ni en el tiempo, no te quiero contar en el espectro político. Entonces, pasó algo maravilloso. Y pasó en una biblioteca, no creo que sea casualidad. Un librito corto -136 pág.-, con una portada sencilla y un prólogo quejándose de lo poco que se enseña Russell en España. El título: Ideales políticos "Es perfecto - pensé - par poderlo leer sin agobios y extraer ideas que aplicar a mis comentarios de texto".  Y, así, descubrí que mi referente esencial en pensamiento político es Bertrand Russell; filósofo, matemático, lógico  historiador y escritor (premio Nobel de Literatura en 1950) británico (1872-1970)

La clave de esta fascinación que sufrí y que sigue viniendo conmigo es que el libro está escrito en 1917. Para los que sentís alergia por la Historia: en 1917 la I Guerra Mundial cumplía su tercer aniversario, lo que quiere decir que las potencias europeas eran Imperios que abarcaban África y parte de Asia y la Revolución Bolchevique, aunque en ciernes, todavía no se había producido. O no en el momento de empezar a escribir el libro.

Y aun así, Bertrand Russell es capaz de sacar a relucir lo peor del capitalismo y del comunismo, sin equivocarse ni un ápice, de decir que todas las mujeres y todos los hombres deberían poder elegir qué quieren ser y de defender algo tan en boga entre nosotros los altermundistas (que creemos que somos hijos de 1989)  como es el comercio justo o la implantación de un poder político internacional capaz de limitar la acción de los Estados.

Próximamente escribiré una reseña en serio. Por ahora sólo tengo neuronas para decir que, sin importar vuestro origen, color o condición, ni vuestra formación si quiera, os recomiendo a todos Ideales políticosAquí lo podéis encontrar en inglés.