Friday, March 30, 2007

De mora y avellana.

Jugaba con las lanas del tiempo y de la música y las mezclaba en la pared ahora vacía de su habitación. Se daba cuenta que, pese a las transformaciones, nada había cambiado, y nunca lo haría.
Caminaba siempre por el lado derecho de la acera, haciendo equilibrios de cosas imposibles, y miraba al cielo para ver si podía robar alguna nube que colgarse del tobillo a modo de cadena. Para poder decir eso de "como caída del cielo" que tan poco sentido tenía en los días en que no había lluvia pero el viento era del Norte y provocaba que todos los cinéfilos huyeran a comer chocolate a cualquier otro lugar.
Siempre le habían dicho eso de "lo entenderás cuando seas mayor" y, ella, parecía no haber crecido lo suficiente. Quería una caja de cartón en el fondo del pasillo y que su caballo se pareciera al calcetín raído que su padre prometió que tiraría.
Y al pasar la página, el libro había acabado.






Comienza ahora el plan be, que es lo mejor que imagines al atardecer

6 comments:

Anonymous said...

plan b.....siempre me lo dijo mi hermano, y nunca hice caso.y me llegara la hora de pagar las consecuencias.

Anonymous said...

Es el mejor texto que he leído de alguien de internet en mucho tiempo. Y he de darte la enhorabuena!!!! Vivan las pes y su paz!!!!

DANI said...

Paz, donde diablos repartían esa sensibilidad, que yo nunca me enteré.

O es que es algo con lo que se nace y que desgraciadamente a mi no me tocó???

Me pones los pelos de punta.

Besos emocionados

botas de agua said...

Yo soy uno de esos cinéfilos que huyeron a comer chocolate... me hubiera quedado si hubiera sabido que en la cera de enfrente, en la derecha, había alguien lo suficiente no-mayor como para entender muchas cosas... como para entender por qué puede llevar uno una caja de cartón debajo de un brazo esperando a alguien que merezca recibirla al final de un pasillo...
Desde luego, alguien que intenta robar una nube para decorar un tobillo, merece eso y mucho más.

Danelí said...

Helado, es tu título.
Hoy caminé una preciosa tarde de otoño. Al norte caía el sol, y al sur se observaba la luna como una aparición brumosa, caminaba y me acordé de ti, preguntándome ¿qué andarás haciendo ahora?
Y fue también una tarde de helado, con pasas al ron y flocos.

un beso dulce, suena Drexler por aquí.

p.d. tengo la mejor profesora de Gramática...ayer nos llevó de regalo chocolates antes del examen....¿por qué la gente debe marcharse?

Lady Day said...

Yo ya sabía que tenías blog. Te leo bastante a menudo, cuando quiero leer algo bonito. =)

Y por suspuesto, eres de mis primeros sitos para pasear. ;)

Un besO!