Agosto 2005 (Bittersweet seventeen)

La alegría de verte, el dolor de mirarte. La herida de un sueño, que allá, a lo lejos, entre la niebla, tarda en desvanecerse. Pero en el cuarto oscuro, ya no revelarán más fotografías en las que quepamos los dos. El músico de la esquina, el DJ de la radio, el cantautor y el grupo de moda... ya no nos dedicarán más canciones. Los poetas no pensarán en nosotros. El tiempo volverá a ser tu tiempo y mi tiempo, dejará de ser nuestro. Nosotros ya no existiremos y morirán en mi boca las cien mil palabras que secuestraban tus besos.
Y, aunque sé todo esto, aunque me duela mirarte, te quiero ahora más que antes, cuando todos los instantes eran de mar y caricias (ti)

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Yo respirando, no me lo puedo creer. El mundo me encierra en una frase y por más que busco, no le encuentro un sentido. La playa está llena de lluvia, a mí se me queda el calor en la frente. El teléfono calla lo que no quiero escuchar y la radio colecciona ahora mis imanes. Pienso en ti, no importa qué canción.
En mi reloj, el tiempo está en huelga y los minutos reclaman una vida más larga. Estoy sola en casa, la ciudad está vacía y tú ya tienes siete lágrimas más. Todas tuyas. Y todo lo que quiero y no puedo, eres el primero en saberlo




*extracto de un cuaderno de verano