Wednesday, October 10, 2007

La habitación era oscura,
húmeda.




Había mucha gente allí sentada, charlando, siempre por debajo de las notas del piano.
Nos sentamos en la única mesa libre, y dimos el primer trago.



Aquello era sólo el principio,
Y sólo uno de tantos posibles.
Y aquel principio, dejaba un gusto a continuación,
a x tendente a infinito,
a llegar, tocar el extremo y un viraje que devolvía al punto de partida.

Se trataba de llegar los primeros,
sin perder ese sentimiento de pertenencia en la yema de los dedos.

6 comments:

amandine said...

gracias mi niña...

(tu post de hoy me lo guardo como un regalo... siempre quise ser Nina Simone y hoy, sentada de nuevo al piano, he podido saborear la esquinita de ese sueño...)

...gracias...

Pd: you are always in my dreamland...

amandine said...

[te soñé un día
y llegaste
(no por casualidad)

para quedarte
como dulce realidad]


*y te comería a besos.

distante.espejo said...

háblame de ese sentimiento de pertenencia!

.JL. en los afelios said...

Hoy he publicado,
y estaba escuchando a revolver,
justo a continuación,
me puse a la Simone,
pensaba ponerlo en el blog,
que casualidad...

Anonymous said...

Suena a piano bar, a luz tenue, a copas en las mesas sobre conversaciones a media voz. Y noches de invierno, quiza.

Anonymous said...

ah lindo lugar..aqui me quedo un rato si me lo permite :)
i'll be back