Cuando tu nombre tiene tres letras
Cuando tu nombre tiene tres letras, es muy fácil confundirlo entre los ruidos y los golpes del bullicioso día a día. Especialmente, porque esas tres letras son sólo una sílaba, que se olvida en el paladar de cualquiera. Cuando tu nombre tiene tres letras, no hay espacio para tildes, para haches intercaladas ni para cualquier otra floritura. Resulta fácil olvidar cómo te llamas. Cuando tu nombre tiene tres letras, los diminutivos se alargan. No hay forma de hacerte más pequeña. Todas las firmas quedan sosas y te acabas viendo obligada a alargar alguna de las (tres) letras.
Quizá sea por eso que es tan difícil tomarme en serio.