Sunday, March 11, 2007

Gris


El espacio, el tiempo, el rojo, el azul… todo da vueltas, todo ya es dudable. ¡Dios mío, una mesa! ¿De dónde viene? ¿Qué es? me – sa, sa – me…centro, espacio, kibbutz, en la rayuela la primera casilla se llama "Tierra" y la última "Cielo".

Porque en esta ciudad andamos para encontrarnos. Como si la calle fuera una cinta transportadora que condujera a ese café, película, conversación o abrazo que nos falta. Entonces, en las ciudades pequeñas y entrañables, con sus calles anchas pero estrechas, las casualidades, dejan de serlo; porque son predecibles, programables. Como el despertador, como el vídeo


Escucho: El tema de Yumeji [BSO de Deseando Amar]

3 comments:

Alice ya no vive aquí said...

Me gusta ese dibujo que perfilas con tus letras, esa ciudad en la que andamos destinados a encontrarnos, como si de verdad hubiera un trazo señalado que nos lleve a lo que ansiamos, a lo que necesitamos.

A veces me gustaría que las casualidades fueran programables, y pasasen a ser causalidades, claro que con suerte no siempre es necesario una ciudad pequeña.

Me ha encantado este post, mucho :-)

Besos a montones

Danelí said...

(andábamos despacio, demorando el encuentro)
Cap.8, Rayuela

He visto una película de física cuántica que me ha hecho confiar en ell poder de mi mente...y vaya cómo ha funcionado!!
lalalalala
Espera concluida. Desarrollo en desarrollo.

Un besote
muacks!!!!!
=*

pepa said...

Cuando leí tu post..pensé exactamente en la misma película que vió Danelí, la vimos en una clase de la que salimos agotadas ante la maravillosidad de las cosas, de los procesos, de todo eso que sucede dentro nuestro que al fin de cuntas es pura energía..
La física cuántica...es tan abordable por la ciencia como lo es por las palabras.
De pronto recordé "nada se pierde, todo se transforma" de Drexler.
La vida en espiral.