Comernos el amanecer
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Mi vida en un silbido:
vienes, nos vamos.
¿Dónde?
No importa.
¿Cómo?
Como quieras.
y si me necesitas, silba.
sabes cómo hcerlo ¿no?
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Mi vida en un silbido:
vienes, nos vamos.
¿Dónde?
No importa.
¿Cómo?
Como quieras.
y si me necesitas, silba.
sabes cómo hcerlo ¿no?
6 comments:
otra vez, Paz, consigues hacerme suspirar y preguntarme dónde demonios leí o escuché eso. Mi cabeza me repite que sí, que sé que existía antes de leerlo.
Me refiero a eso de:
"y si me necesitas, silba.
sabes cómo hacerlo, ¿no?".
A lo que yo te contesto "¿seremos nosotros que somos los raros?, ¿no serán acaso los demás?"
A todo lo demás: sí. A lo de silbar... no sé, quizás debieras enseñarme... pero tenemos un pequeño problema. Dónde está humphrey? besos, espero que esos exámenes no parezcan infinitos.
Intrucciones para silbar:
1. Coja el viento que queda abandonado en el aire (siempre hay).
2. Si no lo encuentra, guíese por los árboles.
3. Apunte con los labios, como queriendo besar aquello que se ama.
4. Por la ranura que da de su boca al mundo, expulse el aire cogido del viento con cariño.
5. ¿No emite sonido alguno?
6. Inténtelo otra vez, pero ahora por la ranura que va su alma al mundo.
7. ¿Sigue sin oír sonido alguno?
8. No hay problema: su silbido ha sido escuchado con las orejas del alma.
(Y puede escucharse en plazas de armas y mayores, reales o imaginadas).
Abrazos...
"Juntas los labios...y soplas"
Te lo dice Bacall ;)
silbar nunca se olvida, no?
Yo tendré que aprender...quizás por eso nunca me encuentra.
=)
Silba fuerte fuerte
y el problema no es problema
porque siempre hay un amigo
que desea estar contigo
y allí está.
:)
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