Supongo
Supongo que si camino será sobre mis pies.
Que si (te) miro será siempre a través de los mismos ojos.
Y no, no lo puedo evitar.
Supongo que si camino será sobre mis pies.
Que si (te) miro será siempre a través de los mismos ojos.
Y no, no lo puedo evitar.
La verdad es que sólo tengo ganas de que diluvie.
Los papeles,
los zapatos,
la puerta del armario,
ponte las gafas,
el interruptor de la luz,
quedamos a las ocho menos cuarto en la puerta,
concierto solidario,
dobla la manta,
¿me puedo duchar?,
hay que entregarlo mañana,
sociedad vigilante,
política de abandonos,
democracia,
Verstehen,
prestado hasta,
disponible,
reprografía,
he perdido el autobús,
el helado de avellana,
capuccino para llevar,
exposición en Canal,
la ambulancia que pasa,
las agresiones xenófobas,
publicidad engañosa.
Todo me da igual.
Que diluvie.
Dicen que mi vecino de abajo es alguien importante.
Todos los días le llega correo, y le traen todos los periódicos a casa. Le llega tanto correo, que nunca cabe en el buzón.
A veces, no se puede llamar al timbre de mi vecino de abajo, y hay que estar muy en silencio al entrar en casa. Dicen que es que está
hablando por la radio.
Me han dicho que hay gente que lo odia. Lo cierto es que varios conocidos lo quieren conocer.
Tiene una columna en el periódico, que dicen que llena de palabras
ácidas que dan en el clavo, que despiertan conciencias, y dicen lo que nadie más se atreve.
Por lo visto, mi vecino de abajo es de izquierdas, ateo y republicano.
Algunos lo llaman rojo.
A mí, mi vecino de abajo me invita al teatro algunos domingos, y los actores lo miran con miedo o respeto.
Mi vecino de abajo come siempre a las dos en punto.
Bueno, menos los sábados. Los sábados compartimos taxi, mi vecino de abajo, su hija y yo, él va a la emisora, nosotras a clase de teatro.
Después siempre vamos a comer a algún sitio. A mí me gusta cuando comemos huevos fritos, a él ir con su harem a comer un buen cuscús [entonces nos sentamos descalzos y en el suelo].
Mi vecino de abajo siempre creyó en mí. Y le gusta cuando bajo a utilizar su enciclopedia o a preguntarle alguna duda. A mí me gusta preguntarle cosas sobre África, porque dicen que estuvo mucho tiempo en Tánger, y sabe hablar árabe.
Dicen que mi vecino de abajo tiene la mirada triste. Pero lo cierto es que sonríe como nadie, con una boca grande. Porque mi vecino de abajo parece un gigante, como Top, su Bobtail.
Es un hombre muy elegante y educado mi vecino de abajo. Recuerdo cuando le dije que me gustaba su chaleco, y me contestó:está a tu disposición. En verano siempre lleva guayaberas, así que siempre que vamos a México le traemos una nueva. Pero hace mucho que no vamos.
No se entiende la letra de mi vecino cuando escribe. Escribe siempre en negro. Tiene el ordenador justo delante de la ventana, y trabaja mirando su parte preferida de Madrid, entre montañas de libros, música y llamadas de teléfono.
Mi vecino de abajo me dejó llorar sobre su hombro toda una noche, y luego me dejó su pañuelo. [Hay que ver lo limpios que se te han quedado los ojos], cuando pensé que no lo lograría me dijo que sólo tenía que encontrar otro camino.
A mi vecino de abajo le gusta que baje a patinar los domingos a la calle Fuencarral, y después vamos a Olavide a tomar algo.
Dicen que mi vecino de abajo me quiere como a una hija, y puede que sea verdad.
Es mejor unos labios tristes.
preferiría sólo eso.
Que las palabras se me acabaran en los labios,
que no te quisieran las puntas de los dedos.
Preferiría no intentar cerrar los ojos.
Sólo llamas para saber cómo estoy.
Y yo no paro de encontrarme,
para volverme a perder
en todos los
Hechos subjuntivos.
Balbuceado por Paz a las 10:17 PM
Como siga coleccionando estados post-película, no sé qué va a ser de mí.
but you don't really care for music, do you?
[las buenas ideas permanecen, pero hay personas que no cambian nunca]
hoy me siento encerrada
(dentro)
y suena
y hace frío
mucho
y yo hago pasteles
es más a cristal blindado a lo que suena
a dos lados
[Blue Eyed Soul]
te he preguntado mil veces que cómo se hace.
y tú siempre me lo haces, pero nunca me respondes.
y yo, voy empequeñeciendo,
bébeme, decía la etiqueta.
Pero poco a poco,
se me van perdiendo las letras.
Y todo se rompe,
y yo no puedo rehacerlo,
porque
te he preguntado mil veces que cómo se hace.
y tú siempre me lo haces, pero nunca me respondes.
La habitación era oscura,
húmeda.
Había mucha gente allí sentada, charlando, siempre por debajo de las notas del piano.
Nos sentamos en la única mesa libre, y dimos el primer trago.
Aquello era sólo el principio,
Y sólo uno de tantos posibles.
Y aquel principio, dejaba un gusto a continuación,
a x tendente a infinito,
a llegar, tocar el extremo y un viraje que devolvía al punto de partida.
Se trataba de llegar los primeros,
sin perder ese sentimiento de pertenencia en la yema de los dedos.
Balbuceado por Paz a las 11:03 PM
Se acercan nubarrones.
Plomizos, pesados.
Que amenazan.
Llenos de palabras que no se
sabe interpretar.
Con canciones sanguinarias,
de esas que muerden la boca del
estómago.
Dicen que llega tormenta.
Y yo...
yo miro al cielo con la boca bien abierta.
nunca se le había ocurrido mirarlo de esa manera.
y no tenía nada más que contar a nadie, piorque nadie parecía entender lo que quería decir. Ahí subido, con el sombrero y el pañuelo en el bolsillo. Parecía un personaje de novela. Y al llegar a casa sólo había flores mustias que soñaban con escapar por la ventana.
pero nunca había pensado que lo que pasaba era que su monólogo ya había calado.
Que todos los demás personajes giraban entorno a un mismo centro: él.
Miró los zapatos. Estaban mojados, empapados. Llenos de barro. Era curioso, no recordaba que hubiera llovido.
Entonces recordó que la noche anterior se había colado en otras vidas.
tiró suavente de la flamante leontina y le dio cuerda a su viejo reloj de bolsillo.