Wednesday, November 28, 2007

un, dos, un, dos, tres, cuatro y...

No le gustaba llevar reloj.

Eso no significaba que le gustara llegar tarde.
Hay cosas que se tienen que asumir.
No le gustaba ese tic-tac continuo, que hace que la gente corra por la calle atropellándose unos a otros.
tictactictactictac
Le ponía nerviosa.

A ella lo que le gustaba era bajar las escaleras mecánicas del metro sin prisa,
y pararse a escuchar al acordeonista,
y subir las escaleras mecánicas de puntillas y sin agarrarse al pasamanos,
y dejar salir antes de entrar,
y colocarse a la derecha y ver pasar a la gente,
la gente con reloj,
la gente con prisa.
tictactictactictactictac

¡mierda! ¿he dicho a ella?... quería decir a mí.

5 comments:

Ferran said...

ya te dije en su momento que ninguna fijación con Escandinavia es absurda!!! y mucho menos si es una bosesión.

distante.espejo said...

yo sólo escucho a un acordeonista, yann tiersen,
tú...yo creo que vas sin prisa, no por otro motivo que saber que no estás muerta. no eres un cadáver, los cadáveres corren por este planeta, tienen prisa, huyen de sus fantasmas!

Anonymous said...

Medir el tiempo en latidos...
Aún así hay corazones que laten al ritmo del tic-tac de un reloj,
qué triste!

abrazo sin prisas

=)

dani said...

Sí. Maldigo los relojes, las prisas, los tiempos, los arranques y los que tienen prisa por seguir el vaivén del tic.tac.

El mundo existiría mejor si no existiera el tiempo..

amandine said...

mi corazón hace pom-pom
y subo las escaleras de dos en dos
y las bajo de tres en tres

y me paro en el escaparate de los bombones y sonrío a la dependienta

y mi corazón hace pumpum si hablo contigo

y a veces se para de golpe cuando beso los labios de mis sueños.


;)

love u.