Thursday, April 01, 2010

Antisistema

Debrecen, principios de milenio.
Hemos subido tú y yo al tranvía y no hemos pagado ni medio florín. Vamos a un concierto en el conservatorio, envueltos en bufandas de colores.
La ciudad sigue siendo perfectamente limpia.

Y sigue haciendo frío. Y yo leo mi libro que no hay quien pueda acabar,
pensando en un futuro, que no sé si será mío si quiera.

El tranvía frena con violencia,
y un policía municipal impúdicamente rubio sube y hace bajar a dos indigentes.

A nosotros nos da las buenas tardes.


y yo pienso en la imposibilidad de darle la vuelta al patrón de hegemonía. Y en las veces que me ha tocado estar abajo, en las veces que me han echado del tranvía, que he perdido la condición de persona, de sujeto de derechos. Y me da igual que sea imposible, porque habrá que intentarlo por lo menos.

1 comment:

anis said...

ya, la vida es rara
da vueltas y es injusta muchas veces con menos lo merece