D I Y
Sucede que me gustaría ser capaz de escribir como lo hacía.
Sin parar.
Sin pensar.
Sucede que comienza el verano y no sé cómo va a saber la sal.
Pero sucede también
que falta poco.
Tan poco que se puede decir nada.
Y que las notas escapan del piano.
Para hacerme teclear con los ojos cerrados.
y además, las palabras compuestas me provocan cosquillas en el paladar y sonrisa de sorpresa en un día de Reyes.
correveidile.