Monday, January 21, 2008

los primeros saltos

No habían pasado doce meses, cuando la enseñaron a volar, a saltar el charco con impulso; para llegar a la torre del castillo.
Iba cada poco a ver al mar, en la proa y a babor. Y el viento le arrancaba las lágrimas, para llevárselas a los charcos .

Su castillo era un castillo encantado, con una hadita y un cocodrilo gigante corriendo por el foso que se veía desde la ventana.
Y de pronto, pasó mucho tiempo sin cruzar el charco, y comprendió que adiós nunca era una palabra válida y que alguien ausente no era aquél que nunca estaba, sino el que no hacía compañía.
Aprendió que no era malo ser princesa si no se vivía en palacios,
que la tierra en los zapatos era inevitable,
como las cicatrices en las rodillas
y las heridas en el campo de batalla.

3 comments:

DANI said...

Osea, la vida real no??

Besos desde la almena

amandine said...

niña, como me gustas...

(requeteñas requeteñas)

love u

(hoy menos lejos que ayer)

eñe said...

vos. (¿tú?)

hay colores en las nubes,
sí,
son algodones de azúcar